miércoles, 21 de mayo de 2014

Examen Final. Reflexión


Si empezamos preguntándonos ¿qué es el pensamiento sistémico?, probablemente muchos sepan la respuesta y hasta sepan de memoria todos sus principios y la teoría relacionada; pero en realidad es eso lo que importa?, ¿De qué me sirve saber todo eso si en realidad no se aplicarlo y nunca lo he utilizado? Solo es teoría que sabré por el momento y luego, después de un tiempo, terminaré olvidándola.

Como estudiantes es importante que no todo el conocimiento quede en los salones de clase, sino que vaya más allá y se aplique en el diario vivir. En mi opinión, la materia de pensamiento sistémico logró cambiar la forma de pensar de muchos, y aunque fue un proceso duro y lleno de dificultades, todos logramos entender y aplicar este tipo de pensamiento.

En un principio, muchos veíamos todo nuestro alrededor linealmente, nunca nos imaginamos el mundo de conexiones y relaciones que el pensamiento sistémico nos iba a abrir. Fue un choque duro, pero es algo que se tiene que vivir si se quiere cambiar de pensamiento, debe haber luchas contra nuestra mente, para lograr abrir una nueva ventana de oportunidades.

En el mismo orden de ideas, considero que esta materia logró cumplir las expectativas de muchos, pues no sólo nos dio las bases teóricas necesarias para comprender el pensamiento sistémico, sino que poco a poco nos guió para sumergirnos en él. En un principio las actividades en grupo, eran solo eso, una actividad; no fue mucho el tiempo que tuvo que pasar para que nos diéramos cuenta que estas actividades no eran solo eso, todo tenía su razón; nos dimos cuenta que estos pequeños grupos que luego se reunían para unir todas sus ideas y trabajos realizados, se comportaban como un sistema, en donde todos hacíamos parte de él y participábamos activamente. Logramos aprender a trabajar realmente en grupo, ver experimentalmente y por nuestra propia cuenta que  si uno fallaba dentro de éste, todo el sistema se veía afectado. Esto y muchos otros sucesos  nos llevaron a ver los principios del pensamiento sistémico aplicados a la vida real, aunque fueron casos pequeños pudimos lograr identificarlos.

Por otra parte, quiero resaltar que el juego de Rise of Nations es una muy buena estrategia para enseñar el verdadero significado del pensamiento sistémico, porque no solo logra que los estudiantes lo entendamos sino que lo apliquemos de una manera didáctica. Durante las partidas vemos que no sólo es importante recoger recursos, sino también avanzar en eras, crear maravillas, tropas, aviones, hacer investigaciones, tener ciudades completas, entre otros, para poder alcanzar el objetivo. Es necesario que veamos todo esto como un sistema, en donde unas cosas dependen de otras, y todo está relacionado entre sí, que si descuidamos una de ellas, es decir, uno de los subsistemas, el sistema general puede afectarse y no cumplir óptimamente con el objetivo. Por ejemplo, si en una partida nos concentramos en construir muchos cuarteles, soldados y elementos de guerra, y descuidamos los recursos, no vamos a poder avanzar en eras, ni construir más ciudades, pues los recursos son escasos, y por ende, todo el ejército que tenemos será débil, nuestro territorio pequeño y el contrincante tendrá ventaja sobre nosotros, pues podrá avanzar en edades, tener un ejército más fuerte y un mayor territorio. Es por esto que es importante que tengamos en cuenta que un sistema debe crecer conjuntamente, es decir, cada subsistema por igual, sin descuidar ninguno, para lograr óptimamente el objetivo.

En el mismo orden de ideas, el torneo de Gamestemic fue otra de las oportunidades que nos permitió trabajar a todos como un sistema y aplicar lo aprendido en clase. Más que un trabajo académico, este evento fue un reto para nosotros, pues nos permitió dividirnos en subgrupos (subsistemas) y entender la importancia de cada uno de ellos; ver como todos tenemos que conectar nuestras mentes para alcanzar un fin común. Aquí el pensamiento individual no existe, todos éramos parte de un todo, independientemente del comité al que perteneciéramos, es decir, fuimos parte de un sistema y aplicamos el pensamiento sistémico.

Para finalizar quiero decir que la clase de pensamiento sistémico cambió mi forma de ver las cosas. Durante las clases logré retarme a mí misma, enfrentar mis miedos frente a la cámara, exponerme a  un nuevo pensamiento, vivir nuevas experiencias, entender la importancia de las relaciones y descubrir un mundo nuevo de conexiones, que no sólo es importante tener en cuenta como ingeniero industrial, sino como una persona integral. Es importante salir de la caverna en la que estamos atrapados, vivir nuevas experiencias y descubrir mundos con nuevas oportunidades y conocimientos. Pensar sistémicamente no es sólo saber su significado, sino vivirlo y sentirlo.